La revolución tecnológica se está desarrollando desde hace un tiempo, donde más allá del internet y el uso generalizado de las tecnologías de información, se avanza en nuevas tecnologías que modifican actividades y procesos, como la inteligencia artificial, la impresión en tres dimensiones, la robótica, la biotecnología y la automatización de vehículos.
La digitalización de los procesos profundiza por un lado la integración de los procesos, especialmente los complejos como es el ensamble automotriz, aeroespacial, equipos médicos avanzados, minería, entre otros. Por el otro, permite extenderse a sectores que en la primera etapa de la revolución tecnológica han quedado rezagados en la mejora de la productividad: comercio, servicios, transporte. La digitalización y conectividad permite en estos sectores abordar las reservas de productividad relacionadas con la optimización del aprovechamiento de los activos fijos y recursos, subutilizados en los modelos tecno-económicos previos.
Las nuevas tecnologías están modificando los paradigmas de producción y consumo, lo que inevitablemente tendrá efectos en el mercado del trabajo.
Más allá de estos cambios específicos en el sector productivo, existen otros efectos, hasta el momento invisibilizados, en la salud, la educación, la vivienda, el transporte, entre otros, que abren un espacio de desafíos y oportunidades para la política pública. Este proceso es particularmente relevante para una sociedad como la Latinoamericana con altos niveles de desigualdad. Los nuevos cambios tecnológicos en curso pueden ser una gran oportunidad para disminuir las brechas existentes y dar cuenta de la huella social del modelo de desarrollo actual y así avanzar de manera activa en los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Pero ello requiere acciones que propicien el camino, de lo contrario se corre el riesgo de acrecentar las brechas, concentrando privilegios y aumentando desigualdades de ingresos, de derechos y de oportunidades. Uno de los aspectos clave es entender cómo lo digital está cambiando la industria y las agendas de desarrollo en la región.
Por un lado, en el mercado del trabajo se están generando cambios y existe incertidumbre sobre el impacto de la digitalización de ciertas actividades.
La evolución tecnológica con el paso de los años, ha ido innovando y transformando, la industria automotriz, alimentaria, eléctrica y también están inmersa las redes de la comunicación la cual juega un papel fundamental en nuestra sociedad nacional e internacional.